En el “Seminario Desigualdad y Pobreza” realizado por la Pastoral de la Universidad Católica del Norte, en conjunto con Un Techo Para Chile, logramos entender por definición la diferencia conceptual entre la desigualdad y la pobreza. En su participación, Alberto Mayol, Sociólogo de la Universidad de Chile, nos señala la siguiente distinción teórica y práctica. La pobreza tiene que ver con carencias de tipo económicas, por tanto la vía de cómo solucionar esta problemáticas podría ser paliando esas carencias.
Mientras que la desigualdad social, foco central de estudio dentro de la sociología dada su complejidad, tiene un sentido contrario a la pobreza, ya que existe una abundancia mal distribuida. Los métodos de cómo avanzar en estas problemáticas van más allá de lo económico, ya que tiene que ver también con acuerdos políticos y sociales, que no son procesos mecánicos sino que acuerdos donde lo que se gana en un lado se pierde en el otro.
En esta misma línea le preguntamos respecto del diagnóstico social en la Región de Antofagasta y nos contó lo siguiente:
Según la distinción que nos entregaste entre pobreza y desigualdad, podríamos decir que en la Región de Antofagasta existe una profunda desigualdad, dado que en temas económicos tenemos el PIB per cápita más alto del país, por tanto pobreza no es.
R: Las regiones mineras son regiones intensivas en general, en el mundo, con desequilibrios estructurales que generan desigualdad y problemas políticos. La probabilidad de que un país minero tenga guerras civiles es mayor, la probabilidad que hayan guerras de sucesión, son mayores, la probabilidades de golpes de estado, son mayores las probabilidades de problemas políticas son mayores, las probabilidades de que ocurra delincuencia son mayores; ósea las zonas mineras tienen por sí una naturaleza tal que generan tensiones.
Hay países mineros que lo han resuelto y que funcionan muy bien y también hay países mineros que lo han resuelto mal, que son Estados fallidos, ya que no podríamos hablar estrictamente de ellos como Estados en funcionamiento.
Por tanto, estamos frente a un tipo de recurso que hace que mucha gente llegue en búsqueda de privar al resto de esa riqueza, quedársela por sí mismo. Es un botín demasiado grande y demasiado interesante. Las políticas públicas para una zona minera deben ser muy delicadas respecto a los temas de desigualdad, y esos temas significan fundamentalmente en cómo tú estableces una capacidad para que los recursos de la sociedad, no sólo económicos, políticos y sociales, y que esos recursos se distribuyan lo más homogéneamente posible.
Si este es un tema político y social, ¿Cómo influye la idea del centralismo en la desigualdad de la sociedad?
R: Tiene que ver evidentemente, porque en Chile tú tienes un problema importante; que las municipalidades legalmente tienen casi todas las atribuciones pensables, pero manejan el 10% del presupuesto del país y a mayor parte de los demás países ocupan casi el 30% de ese presupuesto; ahí tienes una incapacidad estructural.
Cuando hay problemas de coordinación social o a nivel cultural, cómo poder rescatar recursos de los que está produciendo la riqueza del territorio y así dejarlos en la sociedad, se hace muy difícil y los que capturan los recursos son los que tienen más poder, así que yo creo que ese es el principal desafío, y efectivamente esto tiene que ver con el centralismo, pero no sólo con este proceso, sino con muchos de otros procesos dentro de los cuales el centralismo es como una manifestación. Centralismo y desigualdad son manifestaciones de fenómenos más complejos y multidimencionales que tienen que ver con la distribución de recursos y como los recursos no están llegando a todos los lugares que deben llegar.
¿Y cuando uno se basa en características territoriales como esta región?
R: Cuando es zona minera esto aumenta que por definición tú naces en un lugar de concentración de riqueza, que es la mina y el resto de los lugares debe lograr encontrar una forma de captar esa riqueza, eso es todo.