Entrevista al Coordinador de ConectaDEL, programa de formación en Desarrollo Territorial para toda América Latina.
“La oportunidad implica algo que ha sido nuevo para los sistemas de innovación actuales, que es desarrollar un determinado capital social y redes que permitan aplicar el conocimiento que se está produciendo en el mundo y en la Región”.
La visita del relator argentino Pablo Costamagna, causó gran expectación entre los participantes del Diplomado ITA. El caso expuesto por el Coordinador del programa ConectaDEL, sobre la Ciudad de Rafaela, hizo reflexionar a la audiencia sobre relevantes temáticas que nuestra ciudad debería incorporar a su agenda, como el reordenamiento de la administración, la calidad de los servicios, el empleo, la educación, la salud, el cuidado del medio ambiente y la infraestructura productiva y social.
Para así lograr aprender sobre el desarrollo de esta región agrícola ganadera tan importante de la Argentina. Debido a que su desarrollo tiene bases en una fuerte vocación industrial, una sostenida cultura empresarial PyME y un Estado local que lideró un proceso de desarrollo concertado.
¿Cómo surgió tu interés sobre Rafaela?
En realidad Rafaela viene en una etapa de desarrollo de hace más de 20 años, tiempo en el que se pensó en una política de desarrollo económico territorial, que ha tenido puntos muy positivos, como el liderazgo político, la articulación público-privada, la construcción de institucionalidad y detrás de eso un profundo proceso de construcción de capacidades, donde uno ve por qué suceden estas cosas. Y es porque detrás de esto hay un arduo trabajo, ejercido durante 20 años en forma continua, que lleva procesos de capacitación formales e informales, para lograr un fortalecimiento.
Creo que Antofagasta puede tomar estos aprendizajes de cómo se define un liderazgo político, de cómo se dialoga con el sector privado, pero su estructura económica, institucional, la cultura y la identidad de este territorio, hacen que tenga sus características propias y que lo que se aprende de ahí hay que aplicarlo en otras características, con un entorno desértico, con una economía que fue y vino varias veces, con la impronta minera, con lo cual tú me dices, ¿hay que aprender de liderazgo? Claro, pero es un propio liderazgo, el de ustedes, ¿hay que dialogar? sí pero a la manera que ustedes lo hacen, ¿hay que construir instituciones?, sí pero las tienen que definir ustedes.
“Yo creo que el desarrollo territorial es muy contextual, se hace en ése lugar con esas características, entonces lo que se hace en estos Diplomados es teoría y práctica, porque de la práctica se aprende, pero no se replica se aprende”.
¿Por qué escogiste el caso de Rafaela para exponer en el Diplomado?
El tema que escogieron los realizadores del curso fue contar un caso, lo que tiene para nosotros la impronta de que el desarrollo territorial tiene teoría pero también lleva práctica. Junto con nuestros estudios, se ha demostrado en los últimos años, que en el desarrollo territorial no hay ninguna receta y que son muy importantes los procesos de aprendizaje, de lo que otros hacen para poder aplicarlo en cada uno de sus territorios. Aprender de estas vivencias, ver qué es lo que se hizo y cómo puede ser utilizable para cada una de sus experiencias.
Entonces la verdad es que estoy muy contento, porque si bien también puedo dictar teoría pura, el poder venir aquí a contar un caso y hacer la relación con el marco conceptual, siempre es muy divertido. Además tiene que ver con el concepto de praxis que nosotros utilizamos mucho.
Ése es el desafío de los territorios, que el conocimiento llegue verdaderamente a aquellos que hacen la innovación.
En el plano de la innovación ¿cómo ves a Antofagasta?
Todos los territorios están frente a una gran oportunidad en términos de innovación, ahí nos ponemos todos iguales.
Hay un conocimiento que se aprende en el mundo, en los últimos años la velocidad de la innovación ha sido increíble, no sabemos ni nosotros donde estamos parados, hay universidades y centros tecnológicos que están produciendo innovación, estamos todos frente a una gran oportunidad, pero la oportunidad implica algo que ha sido nuevo para los sistemas de innovación, que es desarrollar un determinado capital social y redes que permitan aplicar el conocimiento que se está produciendo en el mundo y en la Región.
Hoy sigue siendo tan clave como antes el conocimiento, la diferencia es que hay conocimiento que se debe hacer aquí y hay otro conocimiento que está en el mundo. Pero la principal barrera que hay que superar hoy, es que se transfiera, que se disemine a aquellos que usan este conocimiento, ése es el desafío de los territorios, que el conocimiento llegue verdaderamente a aquellos que hacen la innovación.