El turismo es de los pocos sectores que sigue creciendo y es el motor económico de muchos países: genera empleo, riquezas, pero también incentiva la creatividad de emprendedores y empresarios que desean ofrecer propuestas diferentes y sostenibles en el tiempo.
La única manera de crear proyectos atractivos y que tengan un impacto entre la innumerable oferta turística de los diferentes destinos, es ante todo conocer muy bien cuáles son las necesidades del cliente, qué busca en un destino, con qué tipo de producto se siente identificado, y cómo hacer para que vuelva o recomiende la experiencia a sus amigos.
Este conocimiento del cliente, es uno de los pilares del marketing y aquí viene uno de los grandes errores que cometen los empresarios: lanzar al mercado propuestas que no son interesantes para el público ¿la razón? Porque no se pensó en ellos, sino que se creó por los gustos del propietario.
Sin marketing no hay empresa exitosa, por ende, sin conocimiento del cliente es muy complicado que se pueda sacar adelante un proyecto. Más en turismo, cuando las necesidades y deseos de los clientes van cambiando rápidamente. Sólo es cosa de mirar hacia atrás y ver como hace 10 años los clientes no utilizaban los smartphones para planificar sus vacaciones y en nuestros días no pueden vivir sin él.Literalmente, no pueden vivir si él.
Una de las grandes tendencias que podemos ver entre los turistas de todo el mundo es conocer la cultura y costumbres de ciudades, barrios y países a través de su gastronomía. Y a esto lo denominamos turismo gastronómico.
Muchas personas se cansaron de ir sólo a museos y de ver monumentos. Ahora el turista busca experiencias, historias y productos locales para entender el por qué de muchas culturas.
Por esta razón, otro de los grandes fallos que comenten los empresarios es no incluir gastronomía local, ni recatar recetas ancestrales ni darles un toque de innovación para traerlas al presente. Pocas son las experiencias foodies que encontramos y esto no puede suceder, más cuando los turistas lo buscan y lo demandan.
Chile tiene que encontrar su identidad, rescatar recetas de nuestros antepasados, sacarlas al mundo en diferentes formatos, como ferias, recetarios, programas de televisión, y comenzar a crear un producto turístico de calidad. Y cuando hablo de calidad, la primera premisa es dar lo que el cliente busca, que no es otra cosa que experiencias turísticas a través de la gastronomía autóctona, explicada tanto verbalmente como gastronómicamente por sus protagonistas, como pueden ser agricultores, pescadores o productores de quesos artesanos, entre otros.
Cuando hablo de producto turístico local, hablo de incentivar la sustentabilidad para todo el destino, poner en valor la cultura, emprender siguiendo la cadena de productores, fomentar la empleabilidad familiar y hacer de una localidad una verdadera fuente de riqueza económica y cultural.
Chile tiene mucho trabajo por delante, que con formación y con una hoja de ruta, logrará enseñar al mundo su gran gastronomía, atrayendo así a millones de turistas de todo el mundo. Al menos eso es lo que quiero pensar.
En mi ponencia de FITS hablaré como los destinos, ciudades, comunas que se quieran diferenciar, pueden utilizar el marketing gastronómico y turístico para destacar de su competencia, siempre poniendo en valor su gastronomía local, única e irrepetible.
Erika Silva Aguilera
Directora de la Escuela de Hotelería Online de Marketing Gastronómico.
Fuente: http://www.diarioturismo.cl/