Entrevista al Investigador principal del clúster Planificación Integrada del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable
El Instituto de Políticas Públicas UCN, a través del Observatorio Regional de Desarrollo Sustentable, desarrolló entre los años 2013 y 2012 el estudio llamado “¿Cuán sustentable es la Región de Antofagasta?”, que tenía por objetivo medir la sustentabilidad en la región con el PIB más alto de Chile.
El estudio demostró la importancia de contar con datos que puedan contrastar indicadores y conocer la realidad de la región. Entre los indicadores que se utilizaron se encontró el Análisis de Flujo de Materiales (AFM), la Huella Ecológica Local (HEL) y el Indicador de Progreso Genuino Regional (IPG). Este último permitió observar brechas en el tiempo entre el indicador tradicional del crecimiento económico, PIB, con una medición corregida que apunte a tener una idea aproximada del bienestar genuino de la sociedad.
En esta oportunidad conversamos sobre la importancia de contar con indicadores con Jonathan Barton, Investigador principal del clúster Planificación Integrada del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien participó del estudio mencionado anteriormente y ha trabajado en indicadores de sustentabilidad en otras regiones del país.
¿Cómo los indicadores pueden ayudar a la construcción de políticas públicas que buscan mejorar la calidad de vida de la ciudadanía?
Los indicadores ayudan a abrir el debate e identificar áreas donde hay que trabajar. El problema es que si no hay indicadores no podemos priorizar, invertir y saber cuál es la calidad de vida de las personas. son fundamentales para empezar a avanzar.
Cuando uno piensa en los últimos 30 años se da cuenta que han sido dominados por una lógica economicista y tecnocrática, es muy extraño dar énfasis en datos cuantitativos, por lo tanto, de la calidad de vida sabemos muy poco. Conocemos el costo del empleo, consumo, crecimiento de economía, pero no sabemos para qué sirven, cuál es el fin último, y este es la calidad de vida y bienestar. Estos conceptos son mucho más complejos.
En el estudio realizado el año 2013 “¿Cuán sustentable es la Región de Antofagasta?” se utilizaron indicadores de tercera generación, ¿Qué características enriquecen a indicadores como AFM, HE e IPG?
Los indicadores de tercera generación son índices y una forma sencilla de comunicar algo. Cuando tenemos datos, debemos convertirlos en información a través de la simplificación. Claramente el índice es un vehículo para comunicar información sintetizada, pero sabiendo que está sustentada en toda la información base. Puede tener 100 variables que terminan generando un número que sirven también para comparar. Esta comparación puede ser nociva en términos de estigmatizar lugares o grupos sociales, etc., o también sirve para ver qué hay que priorizar. Uno piensa que hay muchos lugares donde sí hay que priorizar e invertir mucho más porque están muy rezagados.
Los índices ayudan a reducir la información en un dato, en términos comunicacional es como el PIB. Todos los datos económicos se reducen al PIB, el que sigue siendo la forma de evaluar las economías mundiales. No hay evidencia que indique que el crecimiento del PIB genera mayor felicidad.
Creo que el IPG como metodología nos demuestra que el PIB no muestra lo negativo y solamente cuando empiezas a integrar estas dimensiones, como son la falta de seguridad, el tiempo invertido en transportarse al trabajo, disgregación ambiental, el gasto en salud, entre otros, comienza a deflagrar el PIB. Este debe contener todas las cosas negativas que conlleva también. Uno tiene que pagar por seguridad, por salud, etc. Y eso para el PIB es fantástico porque son ingresos, pero la calidad de vida no es buena.
El cambio climático está generando problemas externos graves que obviamente tienen un impacto en la calidad de vida de las personas y al final el cambio climático nunca fue captado por la forma de medir las economías porque la emociones fueron gratis. Es un buen ejemplo de que debemos tener métricas que sean capaces de entregar los puntos negativos, y se puede mostrar de manera más realista la calidad de vida.
Tenemos un problema de distribución gravísima y cualquier medición debe reflejar la discusión de estos beneficios.
¿Con qué otros indicadores han trabajado en CEDEUS?
El CEDEUS mis colegas han trabajado el Índice de Calidad de Vida Urbana que se aplica cada dos años y tiene un fuerte énfasis en aspectos más económicos; como el mercado de suelo, patentes y actividades económicas.
Todos los sistemas de indicadores tienen su fortaleza y legitimidad, por eso creo que para mí lo más sintetizado es lo mejor, por eso me gusta lo que se llama el “índice del planeta feliz” que es un indicador generado por el New Economic Science en asociación con una ONG internacional donde ellos resumieron, a nivel nacional, calidad de vida como años de vida vivimos, longevidad, por la felicidad de las personas. Esto basado en encuestas a la población, dividido por el consumo de recursos que es la HE. El mensaje que queremos promover son los años vividos felices, los que no se pueden generar al costo de vida de los recursos.
Si no medimos nada no sabemos si estamos avanzando o retrocediendo, es importante tener métrica de la realidad aunque no debe ser lo único que importa. No podemos no tener sistema de medición de cosas tan importantes como el desarrollo urbano o la calidad de vida.