Los resultados de la Expedición Malaspina, que desde el año 2010 recorrió los mares recolectando muestras de los océanos, ponen manifiesto que el problema de la contaminación por residuos de plásticos en los océanos tiene carácter planetario, pues han sido detectados en el 88 por ciento de la superficie de los océanos abiertos.
El problema que genera esta situación, es que las grandes cantidades de microplásticos no quedarían en las aguas superficiales, sino que podrían estar pasando a la cadena alimentaria marina y al fondo del océano, según se indica en el estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
«Las corrientes oceánicas transportan objetos de plástico que se han dividido en fragmentos cada vez más pequeños debido a la radiación solar. Esos pequeños trozos de plástico, conocido como microplásticos, pueden permanecer cientos de años y se han detectado en el 88% de la superficie del océano», señala Andrés Cózar, investigador de la Universidad de Cádiz (España), institución que dirigió el estudio.
De acuerdo a los investigadores, los principales residuos que se encontraron en los océanos son de polímeros utilizados en la fabricación de productos de uso cotidiano, como bolsas, envases de alimentos y bebidas, utensilios de cocina y juguetes, entre otros.
Con respecto a las consecuencias de esta situación, Cózar señala que estos microplásticos tienen una influencia tanto en la cadena alimentaria por riesgo de ingestión, y de comportamiento, pues la abundancia de fragmentos de plástico flotantes permite que pequeños organismos colonicen lugares a los que antes no podían acceder anteriormente.
«Pero probablemente, la mayoría de los efectos por la contaminación plástica en los océanos no se conozcan todavía», añade.
MENOS DE LO QUE SE PENSABA, PERO REPARTIDO EN TODO EL MUNDO
Pese a lo que se creía, la alta concentración de plástico no es una característica de zonas específicas del planeta, sino que es un problema generalizado de los océanos.
Sin embargo, esta expedición ayudó a conocer que la cantidad es mucho menos de lo que se había extrapolado con base en datos que se remontan a la década de 1970.
«La buena noticia es que la abundancia es mucho menor de lo esperado, pero el reto pendiente es averiguar dónde está el resto de los plásticos que entran en el océano», aclara Carlos Duarte, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según las teorías de los expertos, mucha de la basura podría podría estar flotando bajo la superficie o yacer sobre el lecho marino, ya que el cálculo realizado sólo incluye la basura flotante.
El trabajo de investigación fue realizado desde el año 2010, y durante este tiempo se tomaron cerca de 200.000 muestras de agua y plancton de 313 puntos de los océanos.
Fuente: http://www.latercera.com/