La situación de “estrés hídrico” que enfrenta la región, y la necesidad de avanzar en una regulación en torno al uso del agua en una zona donde este recurso es escaso, congregó en Antofagasta a representantes de los sectores público y privado, quienes analizaron diversas alternativas para avanzar en la búsqueda de soluciones para estas problemáticas.
Científicos y especialistas de primer nivel fueron los encargados de exponer en la jornada, que formó parte del tercer foro de discusión del “Proyecto Recomendaciones y Líneas de Acción para la Promoción y Difusión del Uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y Diversificación de la Matriz Hídrica de Antofagasta”.
Esta iniciativa, organizada por nuestra Universidad, a través de su Instituto de Políticas Públicas (IPP), tuvo como invitada especial a la Dra. María Angélica Veas, asesora del Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto de la UCN (Ceitsaza), quien sostuvo que la región ha llegado a una situación de “estrés hídrico”, entre otros factores por una falta de gestión territorial y de uso del recurso.
“Existen temas de gobernanza que están pendientes, pero fundamentalmente lo que tenemos es que no nos hemos podido ordenar respecto de la demanda, porque no está cuantificada la oferta, principalmente en lo que se refiere a aguas subterráneas”.
La ingeniera civil química indicó que para avanzar en torno al tema, encontrar soluciones y enfrentar los desafíos que implica el cambio climático global, es necesaria la implementación paulatina de fuentes hídricas no convencionales. Entre estas, mencionó el llevar agua salada y desalada desde el mar a las actividades industriales. “De acuerdo con nuestra evaluación, esto no puede hacerse en forma individual. El Estado y el gobierno regional deberían tener un rol más participativo para potenciar el uso de estas fuentes”.
Agregó que, independientemente de los proyectos que ya están en carpeta, el estrés hídrico proyectado para el año 2020 continuará, por lo que es imperativo contar con un impulso final por parte del Estado. “Se considera que las regiones guardan un cierto equilibrio cuando exhiben indicadores sobre los mil metros cúbicos por habitante al año. En la región estos indicadores están bajo los 500, y son del orden a los 170. Eso nos indica que estamos en una condición de estrés hídrico, pese a la gran cantidad de proyectos que la minería y el sector sanitario han desarrollado”, concluyó.
NORMATIVA
Otra visión sobre el problema la aportó el Dr. Guillermo Donoso Harris, académico del Departamento de Economía Agraria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien explicó que en la actualidad en Chile existen 43 instituciones que trabajan en el sector público relacionadas con el agua, con un total de 110 funciones que deben cumplir.
Ante este escenario, indicó que la gran cantidad de organismos vinculados con el tema generan superposiciones y problemas de coordinación horizontal, entre ministerios y las agencias; y verticales entre el gobierno central y los locales.
“La evaluación de desempeño en general ha sido de mediana a baja, no por un problema de diseño propiamente tal, sino más bien por presupuesto y capacidad de recursos humanos”, argumentó.
El Dr. Donoso, quien es experto asesor del Banco Mundial en Gobernanza de Recursos Hídricos, destacó que el país tiene la necesidad de mejorar su institucionalidad en este ámbito. De esta manera, los usuarios y la ciudadanía podrán contar con una institucionalidad pública que permita una planificación a largo plazo del recurso hídrico, que pueda generar una gestión eficiente y que además permita la sustentabilidad.
Para lograr estas metas, propone una Subsecretaría o una Agencia Nacional de Recursos Hídricos que permitan concentrar funciones.
RESULTADOS
Los aspectos diferenciadores que marcaron este tercer foro fueron destacados por el Director del IPP, Cristian Rodríguez Salas, quien resaltó que esta iniciativa forma parte de un proyecto que cuenta con el apoyo del Gobierno Regional, y de instituciones de investigación de creciente relevancia para el desarrollo del país. Entre estas, mencionó al Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (Ceitsaza), el Centro de Estudios en Derechos de Recursos Naturales (Cedrena) y del Instituto de Políticas Públicas (IPP), todos ellos pertenecientes a la UCN. A estos organismos se suma la contribución de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), con su Centro de Cambio Global (CCG); y el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus).
Los especialistas de estos organismos no solo abordan materias de tipo económico, sino que además indagan en temas relacionadas con la sustentabilidad de la región a largo plazo.
En esta sesión, complementó el directivo, el foco estuvo centrado en la escasez y agotamiento de los recursos hídricos; y sobre cuál debe ser la institucionalidad necesaria para enfrentar esta problemática en el futuro.
Anunció que ahora viene una etapa en que el equipo de expertos reunirá todos los antecedentes recolectados y generará un informe final. Este documento será presentado como una publicación en forma pública el 10 de diciembre del presente año, instancia donde la comunidad regional podrá conocer los detalles y resultados finales del trabajo.