La polarización como simplificación de la realidad

Columna de opinión por Cristian Rodríguez, director del Instituto de Políticas Públicas

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Hoy en Chile la gran mayoría de la sociedad y sus electores, esto es el 70% de la población se identifica como de clase media, ya sea porque cumple con ciertos parámetros económicos, sociales o culturales de este segmento de la sociedad, o porque adscribe y se identifica con aquel, aunque no cumpla con aquellos parámetros. Un sector, que en su interior conviven diferentes subsectores sociales con demandas, necesidades y expectativas específicas muy diferenciadas, que van desde las demandas por un Estado de bienestar, preocupaciones ambientales, temor al desempleo, preocupación por la marcha de la economía, o temores frente a la inseguridad.

Un porcentaje numeroso de aquellos sectores emergentes, fueron tributarios de un modelo económico y político de modernización que generó crecimiento económico y disminución de la pobreza, pero no resolvió las externalidades negativas, como son las desigualdades, la precariedad y la vulnerabilidad social. El estallido del 2019 sintetizó la crisis social y política del modelo, esto es la pérdida de los equilibrios, las desventajas pasaron a ser muy superiores a los beneficios para amplios segmentos de la sociedad que se percibieron perdedores. Los fundamentos del estallido son el agotamiento político, económico y social de aquel ciclo.

Sin embargo, las crisis han sido un campo fértl a escala universal para la polarización política por la carga de incertidumbre y temores sobre el futuro. En tiempos electorales, la polarización política en su expresión discursiva reduce y simplifica hasta el extremo los fundamentos reales de las demandas y expectativas de una sociedad. Un fenómeno, que los cientistas políticos Lipset y Rokkan denominaron clivajes, para describir estrategias destinadas a empujar a los electores a definir sus preferencias en un estrecho campo de opciones binarias y polarizantes.

Los ejemplos son numerosos. La inmigración, detona un campo de polarización social en torno al clivaje entre humanistas versus nacionalistas; la pandemia generó un campo de polarización en tomo a economía versus salud; las desigualdades se expresan en el binario pueblo versus élites, o la inseguridad encuentra su expresión en orden versus violencia.

Los clivajes en tiempos de polarización, llevan a los electores a tomar partido por opciones que reducen la complejidad de los problemas y oportunidades de una sociedad a solo apretar ciertas teclas. La actual fragmentación del sistema electoral, la volatilidad de los electores, el debilitamiento de la identificación partidaria, el voto voluntario y la alta abstención son un campo propicio para una polarización binaria que no resolverá los fundamentos de fondo de las demandas de amplios sectores dela sociedad, una crispación que nos acompañará más allá de las próximas elecciones.