Los ingresos fiscales en proporción al PIB, la llamada presión fiscal, de los países de América Latina y del Caribe ascendieron en 2014 al 21,7%, dos décimas más que en el año anterior, según un estudio difundido este miércoles por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a las 34 economías más desarrolladas del mundo. El informe Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe señala que la presión fiscal se ha incrementado desde el 14,6% que ingresaban los 22 países analizados en 1990 al 21,7% que recaudaron en 2014.
El documento analiza los sistemas tributarios en 22 países de América Latina y Caribe: Argentina, Bahamas, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Además, repasa los datos de México.
Existen grandes diferencias entre la presión fiscal de los países de América Latina: Guatemala solo recauda el equivalente al 12,6% de su PIB o República Dominicana (14,1%) frente a Argentina (32,2%) o Brasil que ingresa el 33,4%. No obstante, todas están muy lejos del 50,9% de Dinamarca, el país de la OCDE con la mayor presión fiscal.
Del informe patrocinado por la OCDE se desprende que existe cierta correlación entre el nivel de riqueza, medido en términos de renta per capita, y la madurez del sistema tributario del país. Así mientras mayor es la renta por habitante, más elevada es la presión fiscal.
El organismo con sede en París detecta, además, que el conjunto de los 22 países de América Latina y Caribe han reducido la brecha recaudatoria respecto al conjunto de países más industrializados. Desde 1990, los países de la región ALC han elevado la presión fiscal en 7,1 puntos de media frente a los 2,3 puntos del conjunto de miembros de la OCDE. La diferencia entre la presión fiscal de las dos grupos de países se mantiene estable en los 13 puntos desde 2008.
El estudio destaca la «implementación de reformas fiscales y la modernización de sus administraciones y sistemas tributarios, en particular por lo que respecta a los impuestos sobre la renta y el IVA». No obstante, advierte sobre el alto nivel de fraude —informalidad— que provocan que las bases imponibles —el total de dinero y operaciones sujetas a gravamen— sean especialmente bajas.
Una vistazo a las tendencias tributarias en América Latina se observa que sus sistemas tributarios se están homegeneizando con los del resto de la OCDE. Veáse mayor imposición en el impuesto sobre la renta, sociedad e IVA. Por el contrario, la liberalización del comercio mundial ha hundido la recaudación de los impuestos especiales y sobre todo la de los derechos de importación.
Fuente: www.elpais.com