La innovación es una de las maneras de diversificar la economía regional, según los expertos. Al ser el cobre el más fuerte sostenedor de la economía local, surgen nuevas ideas de innovación en torno al mineral y otras que están en busca de formar capacidades que hagan de Antofagasta una región más sostenible.
Este mes compartimos la experiencia de innovación de un importante centro científico de la región. Conversamos con Cecilia Demergasso, Directora Centro de Biotecnología de la Universidad Católica del Norte, quien nos contó su visión acerca de la innovación regional y el trabajo del centro que dirige.
¿De qué manera la innovación que ustedes realizan puede ayudar al desarrollo regional?
Por un lado, desarrollar un proyecto de innovación significa incorporar nuevas capacidades científicas-tecnológicas, en nuestro caso. Eso significa mejoramiento de la educación porque tenemos mejores competencias en la universidad y por ende en la región. Significa también que podemos generar trabajo para gente especializada y el campo laboral se va especializando de alguna manera y nos da la posibilidad de ir más lejos. Estas competencias van aportando al desarrollo regional, al formar capacidades específicas y eso te permite seguir en innovación.
Es importante y en la medida que hemos ido creciendo, vamos viendo que se nos da la posibilidad de gestionar nuevas innovaciones.
¿Qué tipo de innovación se desarrolla en la Región de Antofagasta, según su parecer?
Me parece que falta un poco de reflexión respecto a qué entendemos por innovación porque en este momento uno puede decidir hasta cierto punto qué tipo de innovación puede realizar porque dependemos muchos de los fondos que existen para proyectos de innovación. El tipo de fondos que están disponibles para este tipo de proyectos son limitados. Por ejemplo, no consideran adquisición de equipamiento, entonces siempre nos limita a trabajar con lo que tenemos. Esto significa tener poca capacidad de innovación, entonces da la sensación que se comprende la innovación más como un emprendimiento, no como algo nuevo. Ese tipo de descripción no es el mismo para los que administran los fondos, que para los que presentan las ideas.
Estamos desarrollando nuevos productos en el campo de la bionanotecnología, es nuevo para la región. Tenemos un proyecto CORFO y FIC, seguimos trabajando en la línea de la innovación en el desarrollo de herramientas biotecnológicas que son aplicables a la industria minera actual, servicios y desarrollo de herramientas para esa área. En lo último estamos trabajando hace bastante tiempo. Entendemos que es una de las ventajas que tiene Chile porque tenemos acá las empresas que requieren estos servicios y además ellos nos proveen de las muestras.
¿Cómo la innovación puede ayudar a la diversificación económica?
Nos ha costado que se comprenda la capacidad de la micriobiota regional como para poder diversificar la economía y valorizar esa biodiversidad. Pero tenemos que seguir trabajando en eso. Este tipo de proyecto requiere de mayor investigación y como duran menos tiempo, nos dicen que no podemos llegar al desarrollo, pero no tenemos otros fondos. No podemos llegar al producto y no es atractivo como proyecto. Si queremos diversificar la economía tenemos que partir de alguna manera. Si las actividades del cobre son una opción, el desarrollo de herramientas para prestar servicios tenemos experiencias, sabemos que podemos prestar un servicio especializado que no se les ofrece en otro lugar del mundo. Entonces seguir en esa línea de desarrollo a nosotros nos ha dado buenos resultados y desde ese punto de vista entiendo que sí, es una buena opción.
La experiencia que tenemos es que captamos buena parte del mercado regional y nacional, eso significa poder contar con equipamiento, con puestos de trabajo para gente de la región, ese fue un motor para el desarrollo nuestro y de la fuerza laboral local.
Según su parecer, ¿Cuál es el principal problema para los innovadores?
Los proyectos que están disponibles son muy competitivos y siempre en la competencia las regiones estamos un poquito en desventaja. Los costos que enfrentamos son superiores, nos cuesta mucho más el recurso humano, los reactivos y la mantención de equipamiento. LA disponibilidad del recurso humanos es más limitada acá que en Santiago, entonces cuando presentamos proyectos competimos de igual a igual y no lo somos. Uno esperaría que los fondos miraran más generalmente las competencias científicas-tecnológicas de la región, mirando a largo plazo.