Entrevista a Kamel Cazor, Director de la Escuela de Derecho UCN Coquimbo
En el marco de una visita realizada por el Instituto de Políticas Públicas al Campus Guayacán de la Universidad Católica del Norte, en la Región de Coquimbo, conversamos con Kamel Cazor, recién nombrado Director de la Escuela de Derecho de Coquimbo, quien es abogado y licenciado en Ciencias Jurídicas por la Universidad Central de Chile, máster en Derecho Constitucional y Ciencia Política del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (España) y doctor en Derecho de la Universidad de Valladolid (España).
El Director de la Escuela de Derecho Coquimbo nos contó su parecer sobre la nueva sede del IPP en Coquimbo, los desafíos del trabajo que desarrollará en conjunto la Escuela y el Instituto. También sobre la Nueva Constitución y el proceso de ésta, enfocado principalmente en la participación ciudadana.
¿Qué le parece la creación la sede del Instituto de Políticas Públicas en Coquimbo?
El IPP lo conocí el año pasado en el Seminario sobre la Nueva Constitución que fue muy interesante. Nos ayuda a una mejor vinculación de la Universidad con el medio. Hemos tenido algunas reuniones con Luis Moncayo, quien es el Coordinador del IPP en Coquimbo y hemos plateado una serie de ideas muy interesante; como buscar presencia de la Universidad en temas claves de políticas públicas.
Tuvimos una reunión para los efectos de ver cuál iba a ser la colaboración de la UCN en el proceso constituyente y particularmente en los diálogos ciudadanos y la educación cívica, por lo tanto, creo que es muy importante el IPP y hacía falta este mecanismo institucional para los efectos que nosotros podamos verter resultados en la ciudadanía.
¿Qué problemáticas regionales el Instituto podría abordar?
Hay dos áreas esenciales; uno es el tema de los recursos naturales, a través de un centro que tenemos que se llama Cedrena, y que busca tener mayor relación con el Instituto para el trabajo de las políticas públicas. El segundo es que se trabaje en el proceso constituyente, en el cual podemos utilizar una serie de mecanismos institucionales para que podamos colaborar. Por ejemplo; en la educación cívica constitucional, luego la capacitación como monitores a personas relevantes que luego van verter la información a la ciudadanía. A su vez es determinante realizar lo que viene después de la educación, lo que serían los diálogos ciudadanos, y eso terminará con un documento donde se encontrarán las bases ciudadanas para una nueva Constitución. Como profesor de Derecho Constitucional, tengo un particular interés en este tema.
¿Es importante que la Universidad pueda participar en estos procesos?
Sí, es excelente. Creo que la Universidad tiene un deber. La responsabilidad social que tiene nos obliga a tener una participación importante y a contribuir en el tema de la educación cívica porque ayudaríamos a cubrir uno de los grandes déficit que tenemos a nivel de ciudadanía, que es un proceso de falta de conciencia ciudadana y política. Es súper importante lo que podemos hacer en ese campo.
En ese mismo ámbito, ¿qué te parecen las opciones de mecanismos que podrían existir en el proceso de discusión de cambio institucional? ¿Cuál podría resultar mejor?
Creo que es positivo que la Presidenta Bachelet haya iniciado el proceso constituyente porque necesitamos una nueva Constitución. Tenemos una institucionalidad que fue generada en un contexto de una dictadura y eso generó un documento constitucional que nunca ha logrado un consenso ciudadano. Creo que el itinerario que ha planteado la Presidenta es ambicioso y bueno porque integra a la ciudadanía en este proceso, sin embargo, veo algunos obstáculos. En primer lugar, en el tema de la participación ciudadana, a mí parecer, si ésta no se canaliza bien, creo que podría ser un instrumento de poder legitimar un proceso constituyente, que tiene como pretexto consultar a los ciudadanos, pero al final lo que ellos digan no tiene relevancia. Eso puede tener una trampa. Han dicho algunos doctores que los diálogos ciudadanos más que eso, son más bien actividades formativas. Como la gente no tiene conocimiento, no puede conversar. Igual creo que es positivo que se consideren a los ciudadanos.
Por ejemplo, si se optara por la Asamblea Constituyente, la particularidad que tendría este mecanismo en Chile, sería que esta asamblea, estaría aprobada por los ciudadanos, y no destruirían la nueva constitución de una hoja en blanco, sino que en virtud de un proyecto de nueva constitución que va a presentar el propio Gobierno en noviembre del año 2017. También habría una particularidad, pues hay ciertas perspectivas muy siu generis en este proceso constituyente y que si no están bien encausados, al final van a ser los mismos de siempre los que van a tomar las decisiones fundamentales. Ahora, dicen que la ciudadanía va a ratificar en un plebiscito, pero sabemos que la ciudadanía no tiene conocimiento sobre eso y no lo podría analizar.
Veo positivo que se instale este tema, pero también tiene que haber un control y creo que nosotros como universidad regional, y personas que podemos capacitar a quienes van a participar en la educación cívica, y luego en los diálogos ciudadanos, podemos dar un énfasis en los intereses regionales. Que la gente plantee como elemento básico e intransable los temas de la región.
¿Crees que puede resultar?
Lo veo de manera positiva porque si el productor final es una nueva Constitución, producto de un proceso constitucional, me parece bien. El tema es lo que puede pasar en ese camino, qué resultará de ese producto. Hay decisiones fundamentales como definir el rol del Estado; social o liberal, el sistema presidencial, los derechos fundamentales. La gratuidad en la educación no está consagrada en la Constitución… son ese tipo de temas los que hay que definir.
La educación en el tema parece ser fundamental…
Es esencial. La gente tiene que tomar conciencia, además tenemos una alineación política donde no hay conciencia ciudadana. La gente canaliza su sentido de libertad a través del consumismo, no entiende otra participación en la sociedad que eso y hay que resolverlo. No con educación cívica, pero al menos comenzar con algo y creo que como universidad podemos contribuir con alguna participación el particular.